miércoles, 17 de noviembre de 2010
Lo que me ha enseñado la vida, lo quisiera compartir. Hasta que la filosofía, que hace a una raza inferior y a otra superior, sea definitiva y totalmente desacreditada y abandonada; hasta que no existan ciudadanos de primera y de segunda clase en una nación. Hasta que el color de la piel de un hombre no tenga mayor revelancia que el color de sus ojos; hasta que los derechos humanos básicos no sean garantizados para todos sin excepcion de razas. Hasta ese día, el sueño de paz duradera, la ciudadania mundial y las leyes de la moralidad internacional seguirán siendo nada más que una ilusión efímera para pedir, pero nunca obtener.
Y hasta que el vil e infelíz régimen que atenaza a nuestros hermanos en Angola, Mozambique, África del sur, en un vendaje inhumano haya sido derrocado y destruído en sus cimientos, HASTA ESE DÍA EL CONTINENTE AFRICANO NO CONOCERÁ LA PAZ.
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